Sanidad del rodeo

Con el agua al cuello
Pautas frente al exceso hídrico.

Ciertas enfermedades pueden ver incrementada su prevalencia ante una situación de exceso hídrico. Las alteraciones del terreno, el desborde de afluentes, el anegamiento, entre otras situaciones ambientales, son algunas de las consecuencias a partir de un elevado régimen de precipitaciones. Muchas de estas situaciones  actúan como factores condicionantes o determinantes  en la presentación y la transmisión de enfermedades que afectan a bovinos para cría.

Frente a las condiciones climáticas que han afectado a la región, los técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA proponen algunos criterios básicos para el manejo sanitario de los rodeos.

Entre las afecciones más propensas a aparecer durante y después de la inundación de los campos ganaderos están la hipomagnesemia, hipocuprosis y ciertas enfermedades infectocontagiosas, cada una de ellas con características particulares y demanda de tratamientos y manejos específicos.

 El exceso hídrico actúa como factor de presentación y transmisión de enfermedades.

Hipomagnesemia:
La hipomagnesemia es un complejo disturbio metabólico caracterizado, principalmente, por una disminución de la concentración de magnesio en sangre. Registros de servicios de diagnóstico veterinario colocan a esta enfermedad como la principal causa de muerte de bovinos con más de 18 meses de edad en el sudeste de la provincia de Buenos Aires.

Según explican los técnicos del INTA Cuenca del Salado “este disturbio metabólico está condicionado por diferentes factores, entre los cuales se citan el estado corporal y la edad del animal, el momento de gestación y lactancia, la composición química del forraje, las condiciones ambientales, situaciones estresantes, entre otras”.

La signología clínica varía desde muerte súbita, incoordinación en la marcha, agresividad y caídas con postración en decúbito lateral. El diagnóstico de la enfermedad se realiza a partir de concentración del catión en el humor vítreo o líquido cefalorraquídeo de los animales muertos, la concentración del mineral en sangre de los animales compañeros al grupo problema y a través de determinar el potencial tetanizante del forraje.

La situación meteorológica que se presentó en los últimos meses incrementó la tasa el rebrote y el crecimiento de las gramíneas, de tal manera que la composición química de la pastura puedo verse afectada. Esta condición  provocaría un incremento en la concentración de K (potasio) acompañado por un detrimento de las concentraciones de Mg (Magnesio) y Ca (Calcio), incrementando de esta forma el potencial tetanizante de la pastura. Por otro lado, esta condición forrajera se está presentando durante el momento de mayor demanda de magnesio por parte de la  vaca (último tercio de gestación – primer tercio de lactancia). A su vez, situaciones estresantes como encierres temporarios, movimiento de hacienda, temporales, etc., pueden actuar como efecto gatillo en la presentación de la hipomagnesemia.

Ante la aparición de síntomas de esta afección los técnicos del INTA sugieren “evitar maniobras de estrés, solicitar el asesoramiento a un profesional, realizar diagnóstico confirmatorio de la enfermedad, brindar a los animales una suplementación oral de sales que contengan Sodio, Calcio y Magnesio”, como también con “rollos de buena calidad que aporten energía y granos, al tiempo que administrar soluciones indicadas en animales caídos con signología clínica compatible”.

Hipocuprosis:
Cuando la carencia es de cobre la afección es conocida como hipocuprosis. “Esta condición puede presentarse en forma primaria, por bajo aporte de cobre en la dieta, o de manera secundaria, por exceso de otros minerales que alteran la absorción y el aprovechamiento de cobre”. Trabajos realizados en la región de la cuenca del salado demuestran que esta carencia “está presente en más del 50% de los establecimientos para cría bovina”.

Dentro de los signos clínicos de la deficiencia Cobre se presentan alteraciones en los huesos largos, con fracturas, cojeras y pelo hirsuto el cual toma una coloración grisácea como “arratonado”. A su vez también se menciona una mayor susceptibilidad a padecer enfermedades infecciosas y pérdida en la ganancia de peso. Esta enfermedad afecta principalmente a terneros al pie de la madre.

Ante la hipocuprosis los técnicos indican como acción el “diagnóstico de cupremia en un mínimo de 10 animales por categoría, para conocer el grado de deficiencia, y una suplementación inyectable a los terneros de más de 2 meses de edad”.

Enfermedades infectocontagiosas:

El incremento de superficies anegadas, así como también el desborde de cauces fluviales que drenan efluentes de otro tipo de establecimientos y producciones, es un factor de riesgo para la transmisión de Leptospirosis y en consecuencia la presentación de abortos y muertes perinatales.

Existen ciertos factores que aseguran la mayor supervivencia de este agente en el medio, entre ellos está la neutralidad del pH del suelo, las lluvias y las temperaturas templadas. Por lo tanto el agua es absolutamente esencial para la sobrevivencia de estos microorganismos; debido a esto los brotes ocurren según los grados de humedad del medio, así, puede observarse incremento de los brotes en la época de lluvia.

La diarrea neonatal (DNN) es una enfermedad infecciosa que afecta, principalmente, a terneros a los 21 días de edad. Esta enfermedad está directamente ligada al grado de concentración de vientres durante la parición y al nivel de protección de los terneros.
Neumonía, coccidiosis y queratoconjuntivitis forman parte de un grupo de enfermedades que comienzan a presentarse en relación al destete de los terneros. Ya que la separación del vínculo de la madre – ternero ocasiona un factor de estrés que debilita las defensas de ternero y conlleva a una predisposición para este tipo de noxas. Su presentación en forma prematura puede estar asociado a factores estresantes como el hacinamiento, suelos encharcados y temporales.

Frente a la aparición de estas enfermedades causadas por agentes infecciosos y capaces de ser transmitida a partir de una fuente de infección, los técnicos del INTA recomiendan definir el diagnóstico con la ayuda de un profesional, ajustar un plan sanitario para prevenir estas enfermedades y realizar un tratamiento acorde.

Para mayor información:
EEA Cuenca del Salado INTA Rauch. Av. Belgrano 416  Tel. (02297) 440525
Referente: Med. Vet. Alejandro Rodriguez

E-mail: rodriguez.alejandro@inta.gob.ar